Hace muchos años escuche un relato que anoche volvió a mi cabeza, era la historia de un personaje público, que cuando pequeño había pasado situaciones de hambre.
Él contaba que para dormirse su madre lo agarraba en sus brazos y le decía que por favor, que pensara en algún lugar muy bonito, que pensando muy profundamente, el hambre se le iría y podría dormir esa noche.
Era una historia triste, pero claro, como era un personaje público pudo compartir esa situación con muchas mas personas.
Al dormirme ayer y ver a mi hija recién nacida durmiendo pensé: Cuanta gente en el mundo estará en la situación de no haber comido.
La libertad no existe mientras haya gente con hambre, con sed, sin posibilidades de atención médica, de justicia, de trabajo. NO EXISTE.
Bendito sistema capitalista que das a pocos casi todo y a muchos ni las migajas del postre!!
Renuncio a todo menos a la dignidad, menos a la lucha, menos a los sueños de un mundo mejor.
Estaremos dispuestos a perder parte de nuestros lujos, para garantizar con un sistema justo la libertad?
Dejaremos por fin la adicción al consumo?
Dejaremos de lado nuestro egoísmo para pensar en el bien común?
Ojalá que si.
Renuncio a todo menos a la dignidad y a la libertad.
Gracias Pepe
Gracias Salvador
La historia de las cosas
viernes, 6 de noviembre de 2009
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